Hay competencia: Comenzaron los avistajes de ballenas en Uruguay




Se impone una reflexión sobre esta nueva competencia para un atractivo turístico que era -hasta ahora- casi exclusivo del Chubut. La presencia de los cetáceos, que se ha renovado en los últimos tiempos, según señaló el biólogo marino Mario Batallés, se ha convertido en un atractivo de turismo sustentable al que tanto el Ministerio uruguayo del sector como los operadores turísticos privados están apostando. Rodrigo García, representante de la ONG Organización para la Conservación de Cetáceos (OCC), recordó que en Uruguay existe un enorme potencial para avistar estos animales, ya que se aproximan frecuentemente a la costa.

URUGUAY EN LA COMISION BALLENERA INTERNACIONAL
Este potencial ha conducido a que el año pasado ese país se reintegrara a la Comisión Ballenera Internacional, aunque un atraso en el pago de la cuota de este año (por problemas burocráticos, precisó Kechichian), les impidió tener voz y voto.
También ha determinado que varias comunidades de Rocha y Maldonado se sumaran a proyectos de turismo sustentable, que están regulados por un decreto de 2002 que exige calificación para los transportistas que se acerquen a las ballenas, una tarea que, si no se hace con la capacitación debida, puede ser peligrosa.
El Ministerio de Turismo del Uruguay, por otra parte, entrega un sello a quienes cumplan con las buenas prácticas ambientales que requiere este tipo de actividad. Además, varios operadores y estudiantes de Turismo de la zona costera se encuentran desarrollando circuitos que proponen avistar estos mamíferos y otros animales atractivos (aves, delfines, tiburones y lobos marinos), al mismo tiempo que los visitantes aprenden sobre geografía y ambiente.

LA IMPORTANCIA DE REVISAR LA SITUACION
Sería importante para los funcionarios y operadores turísticos de Chubut, y especialmente de Puerto Madryn, reflexionar sobre esta nueva competencia que surge para un atractivo turístico que hasta hace poco tiempo era prácticamente exclusivo de nuestras aguas. Sobre todo si esta competencia surge a sólo 200 kilómetros de Buenos Aires.
Además debemos recordar que ya hace algunos años se advirtió que esta situación podría llegar a producirse, y se dijo que la migración de los cetáceos podría deberse al ataque que en nuestras costas sufren por parte de las gaviotas cocineras, situación que, hasta ahora, nadie se ha preocupado en solucionar efectivamente, si no se toman en cuenta declaraciones reiteradas e ineficaces.

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