El cambio en el viento dificulta las tareas que están realizando más de 250 personas -entre bomberos, militares, personal municipal y voluntarios- para controlar las llamas, que podrían arruinar la próxima temporada veraniega en esa región uruguaya.
En las últimas horas, el fuego llegó a estar a dos kilómetros de Punta del Diablo. Preventivamente, los vecinos humedecieron los techos de sus viviendas y limpiaron los terrenos.
Sin embargo, sobre el mediodía del martes se registró un viraje de las corrientes de aire hacia el sur y el incendio se redireccionó hacia otro balneario: La Esmeralda.
A pesar de ello, las autoridades no modificarán el nivel de alerta en Punta del Diablo, aunque por el momento descartan evacuar a los pobladores.
El prosecretario de Presidencia, Diego Cánepa, concurrirá este martes a la zona del incendio forestal para evaluar la situación y los trabajos realizados. Indicó que los bomberos esperan que el cambio de viento y la llovizna registrada a mitad de día generen alivio.
"La situación, si bien sigue siendo difícil, no es dramática", destacó el funcionario. "Todas las hipótesis de trabajo, toda la contención y todos los planes alternativos están preparados. Lo que no hay que hacer es generar pánico en la gente", agregó.
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